Puntería aplicada a la diversión
Si no conoces la mecánica de Luxor, podríamos enmarcarlo en los puzles dinámicos que comenzaron a evolucionar a partir de Tetris. Aunque el concepto es prácticamente el mismo, reunir elementos de un mismo color para destruir una serie y así evitar que avancen hasta el final, el resultado supera en mucho a los viejos descensos de poliedros. Mucho tiene que ver la influencia de otro clásico, Arkanoid, presente en muchos aspectos del juego.
Armado con una especie de ballesta que arroja bolitas de colores aleatorios, tu misión es interceptar bolas del mismo color. El problema es que la hilera de bolas se mueve de forma sinuosa y a distintos niveles, por lo que no siempre te será fácil acertar. Todos los aciertos proporcionan puntos, pero algunos vienen con premio extra, por lo que tendrás que estar atento a recogerlos. Entre las bonificaciones puedes proyectar un haz de luz, disparar bolas de fuego arrasadoras o conseguir vidas extra.
De gráficos coloridos y sonido envolvente, supera a la media de los llamados juegos casuales porque alcanza su objetivo: mantenerte enganchado a lo largo de sus 88 niveles.
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